[Sophie corre para igualar las zancadas furiosas del inspector]
MARCO: -Voy a matarlo, voy a matarlo...
SOPHIE: -Te teme más a ti que a los vetustos de este pueblo, seguro. [estaba oscureciendo. Ella cada vez estaba más histérica pero no le perdía el paso] Su vida me importa un bledo, pero ellos creen que anda conmigo, y si lo descubren espiándolo de nuevo, va a arruinarlo todo. [suspiró]
MARCO: -Piensa que si logra tomar fotos... Si los cuerpos realmente están ahí, en ese búnker, sería muy bueno para la investigación. [tratando de encontrar el lado bueno] Podríamos comprobar si todos los cuerpos llevan el mismo tatuaje.
SOPHIE: -A él sólo le interesa el dinero que pueda recaudar con fotos morbosas o una historia amarillista, y lo sabes. Ve únicamente su benefició, aunque pase por encima de ti.
MARCO: -Probablemente. Pero esto también te beneficiará. Él sabía que te opondrías a visitar ese lugar nuevamente, que no le dejarías sacar más fotos para no empeorar las cosas... pero si realmente las consigue... [miraba que no se les viera hasta pararse. Tirandole una barbaridad de insultos al paparazzi, oyó un ruido de pasos]
[Sopie, esta distreta. Marcos con fuerza y precisión, le tapó la boca y la arrastró de la cintura con un brazo libre. Escondidos en un árbol, él, con un gesto, la obligó a mantenirse quieta. Ella movió la cabeza y le dejó asomarse para reconocer al causa. Se veía como la anciana del hotel, andaba sin discreción. Marcos soltó suavemente a Sophie]
SOPHIE:- ¿Adónde irá tan misteriosa? [respira]
MARCO: -Averigüémoslo. [echó a corer. Sophie, lo siguió cruzando todo el sendero hasta llegar a una distancia prudente]
SOPHIE: -¿Qué crees que...?
MARCO: - Espera. [Cogiéndole del brazo] Hay alguien más.
[Sophie agudizó el oído, sin despegarse del tronco áspero. Marcos la obligó a andar. Cautelosos, alertados, de puntillas. Iban de árbol en árbol rodeando por detrás al tipo en cuestión, hasta una distancia mínima. Ella relajó los hombros al reconocer la chaqueta verde. Sophie quiso detener el gran susto que marcos le hizo]
MARCO: -Anschlag! [en tono y volumen para oírlo. Lo tomó por la espalda, aplastandole contra el árbol, sin que se pudiera ver el rostro de Marcos]
DESCONOCIDO (paparazzi): -¡No tengo nada, no tengo nada, lo juro! [lloraba] No robé nada, dejé todo como estaba... ¡No le contaré nada a nadie, soy un tipo discreto!
[Sophie puso una mano en el hombro del inspector, Marcos. Él estaba disfrutando del ataque fulminante. Pasado un par de segundos, suspiró profundo y dejó sus brazos para dejarlo caer. El fotógrafo se arrastró hasta esconderse detrás de unos raulíes]
MARCO: -Creí que tu aberración sólo estaba en las fotos. Ahora resulta que eres cleptómano. ¿Trajiste algún souvenir interesante?
[El paparazzi asomó un ojo seguido de una mano, lo que sus cejas, sus curvas y temblorosas se convirtieron en rectas, ceñudas y furiosas. Su corazón latía a cien por hora.
PAPARAZZI: -¡Psicópata, desquiciado! [escupió e intentó controlar su taquicardia] Voy a... voy a...
MARCOS: -¿Vas a qué? [desafiándolo, mirándolo hacia abajo] No te atrevas, escoria. Te lo merecías por traidor.
PAPARAZZI: -¡Traidor! [escandalizado, se reincorporó en el acto] ¿Qué fue lo que hice?
SOPHIE: -¿Por qué nos mentiste? [ella no se acercó]
[Él la miró fijamente, abrazando su cámara]
PAPARAZZI: - No sé de qué me estáis hablando... ¡No he hecho nada más que ayudarles!
SOPHIE: - Sabías que no había cuerpos en el cementerio. Fui allí en vano, perdí mi tiempo... ¿Qué querías? ¿Ganar tiempo para volver a solas al túnel y obtener fotos escabrosas?
PAPARAZZI: -¿Como lo sabes?
[Sophie buscó en su bolsillo. Con dos dedos levantó, a la vista de todos, una delgada cáscara de memory stick. Él bajó la mirada, no sabía como esconderse.]
SOPHIE: -El gorila con el que trabajas me hubiera mandado al hospital si les contaba que volví al búker. [miró a Marcos con oído] Es mi trabajo, ¿sabes? Necesito esas fotos.
PAPARAZZI: -¡Pudiste decirlo! Hemos perdido minutos validos...
MARCO: - ¿Alguien te vio? [agresivo] Porque si es así, te juro que...
PAPARAZZI: -Relájate. [en tono de malas pulgas] No estaban allí.
MARCO: -¿Los nazis?
PAPARAZZI: -Los cuerpos.
[Sophie abrió los ojos al máximo]
MARCO: -Ah, ¿no?
PAPARAZZI: [Negándolo] -Revolví cada estantería en ese cuchitril (decepcionado), y no encontré nada interesante. ¡Nada! Pensé en cabezas embutidas en jarrones con alcohol, dagas ensangrentadas con inscripciones en latín, estrellas de cinco puntas.. pero no. Ni siquiera fotos autografiadas por el Führer.
[No sabían qué pensar.]
SOPHIE:- Estoy varada. No están el cementerio, ni en el consultorio, ni en esa extraña sala de reuniones. ¿Dónde, entonces?
PAPARAZZI: -Tampoco en la morgue de Puerto Montt. [dijo rápidamente] No les mentí sobre eso, sí hice la llamada. Tenía que asegurarme yo también, ¿no?
SOPHIE: -Como sea, te arriesgaste y no ganaste nada...
PAPARAZZI: -Ninguna foto, pero sólo por ahora, porque... Eh, ¿adónde se fue? [volvió al sitio de fotógrafo, alterado, mirando en todas direcciones. Avanzó unos pasos]
MARCO: -¿Adónde se fue quién? ¿La anciana del hotel?
[El paparazzi se detuvo al oír la voz de Marco]
PAPARAZZI: -Entonces también la vieron...
MARCO: -Íbamos tras ella.
PAPARAZZI: -Y yo, desde ese lado. Cuando terminaba de husmear sentí a alguien en el túnel. Me escondí tras unos muebles y la vi entrar, silenciosa. Llevaba una llave plateada muy grande, prendida de una cadena en el cuello. Abrió uno de los cajones que yo revolví, pero ella accedió a un doble fondo sellado... No se me ocurrió forzarlo, ésa es la verdad. Sacó ese paquete que ahora llevaba entre sus brazos, y se retiró tan silenciosa como llegó. [inspiró profundamente] ¿Alcanzaron a ver qué era?
SOPHIE: -No. [esquivaban los árboles y los arbustos] ¿Qué crees que es?
PAPARAZZI: -Quizá lo único interesante de todo ese lugar. [sin voltear, apuraban el paso, por la oscuridad]
[Sophie se le contrajo el pecho. La anciana abrió el paquete y exhibió su contenido. Cogió una de tantas velas que había, esposadas sobe el suelo y sobre rocas. Retrocedieron unos pasos y observaron todo con más detalle, estaba lleno de velas, cruces pequeñas, arreglos florales y muchas fotos. La abuela se arrodilló junto a una de las fotografías, cerró los ojos, junto las manos a la altura del pecho e inició una plegaria. Una lagrima le bajo por la mejilla.]
SOPHIE: -¿Qué reza? [con un hilo de voz]
MARCO: -Avemaría.
[Todos estaban sorprendidos. Marcos fijó su imagen a lo general y no tan pendiente a la anciana que los otros dos. Fotos en colores y otras en color sepia, mostraban niños y jóvenes sonrientes, llenos de esperanza y futuro. Marcos le susurro al paparazzi, que le certificó unas dudas.]
SOPHIE: [afirmó que eran todos muertos] -¿Por qué no realizar aquello en el cementerio, como lo hacen muchos culturas? ¿Qué tenía ese lugar de especial?
[El paparattzzi tiró de la chaqueta de Sophie. La anciana se marchaba en dirección contraria de donde estaban ellos. Esperaron dos o tres minutos y Marcos salió del escondite; los otros lo seguían.]
MARCOS: -Tanatóloga, explícate.
SOPHIE: [suspiró] -Es un mural de remembranza, también llamado 'memorial'' [tranquila]. Es muy común en dos instancias específicos: uno, en círculos sociales muy cerrados que intentan transcender su impronta de grupo incluso a sus muertos, y dos, en situaciones de muerte violenta o desconocida, para perpetuar el dolor de los que se quedaron y, de alguna manera, rendir tributo a los fallidos.
[Cal, el paparatzzi, se agitó por un escalofrío]
MARCO: -Y esto, ¿dónde encaja?
SOPHIE: -En un poco de los dos. Son un grupo delimitado al extremo: alemanes, exiliados, olvidados por los suyos, decepcionados de la vida. Y al mismo tiempo, comparten una circunstancia fundamental. [Levantó un brazo y apuntó hacia delante] Suicidas.
[Marco y el paparatzzi miraron al mismo tiempo. Había una cascada con un puente largo, debajo había un sinfín de rocas filudas. Un destino radical por los que se lanzaron]
PAPARATZZI: -Se suponía que ése era el primero, pero hay retratos más antiguos aquí. [atrayendo la atención de los otros dos. Mirando una foto de las más recientes]. ¿Lo reconocen?
MARCO: -Acabamos de verlo esta mañana. [Una era una joven sonriente, de ojos brillantes y pelo ondulado. En la otra, estaba en el ordenador de Cal, una mancha irreconocible entre las rocas de un acantilado.]
PAPARATZZI: -Por las fechas, ellos deben de ser los otros seis que buscamos. Lucía Marcus. La única mujer de este ciclo.
[Marco se interesó también por los poemas, despedidas, largas declaraciones de aprecio y aflicción que habían sobre las rocas]
PAPARATZZI: -Ah...¿Sophie? Aquí hay más... M; Ya no necesitamos esos cadáveres
[Sophie asintió]
MARCO: -¿Los marcarán al momento de nacer? Sí. Habla consigo mismo.
SOPHIE: -No. Mira aquí. En esta foto puede verse muy claro. Si realizaran esa marca en recién nacidos, para cuando cumplieran esta edad, la M ya no se percibiría; serían líneas incoherentes. Esa región de piel en particular, ya sea el rostro, el cuello o la nuca, se estira con mucha facilidad. Una cicatriz tras la oreja de un bebé, es una cicatriz en el cuero cabelludo de un adolescente.
MARCO: -¿Se mueve?
SOPHIE: - Podría decirse así.
[El fotógrafo se tocó la nuca con la mano y comenzó a rascarse]
SOPHIE: -Hipocondríaco. [riendo] Él le mostró la lengua.
MARCO: [Marco se crujió sus nudillos] -Lamento interrumpir su juego, niños, pero ya se les pasó la hora de dormir.
[El paparatzzi le sonrió]
SOPHIE: -Me arroparás, supongo.
MARCOS: -Estoy hablando en serio. [se abotonó su chaqueta hasta el último broche] ¿Ya vieron a su alrededor? Estamos en medio de la nada, sin mapas, sin linternas. Tenemos que volver de inmediato.
SOPHIE: [Preocupada] -¿Y cómo encontraremos el camino de regreso?
[Ella y Marcos se miraron, cogieron la cámara de Cal, él levantó el rectángulo blanco del flash y iban haciendo fotos]
PAPARATZZI: -Ahora sí traje baterías [sonrió]
[Él les condujo hasta la subida del hotel, hasta que Sophie miro hacia atrás]
SOPHIE: -Esperad un momento [detuviéndalos, nerviosa] ¿Qué.. qué es eso? [apuntaba hacia arriba con el pulso acelerado. No había estrellas, pero un enorme foco les apuntaba hacia ellos.]
MARCO: - No me había fijado. Creí que ja no existían
PAPARATZZI: -Parecen luces de discoteca.
(Marco no sacó la mano de su bolsillo para golpearlo porque tenía frío, sino que entornó los ojos.)
MARCO: -Es un faro. [extrañado]
PAPARATZZI: -¿Un faro? Pero ¿no están sólo en las islas, para ubicar los barcos en alta mar?
SOPHIE: -No lo insultes, yo también pensaba lo mismo. [ruborizada]
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada